Aunque la frase "la identidad es el nuevo y último perímetro de seguridad" no es desconocida, no todas las organizaciones la han adoptado plenamente en la práctica. En la actualidad, muchas siguen confiando únicamente en la MFA para proteger las identidades del personal y no gestionan ni protegen adecuadamente los privilegios en el endpoint. Esto crea una superficie de ataque mucho más amplia con la que pueden trabajar los delincuentes y una falsa sensación de seguridad para las organizaciones que buscan reducir el riesgo dentro y fuera del perímetro de la identidad. Entonces, ¿cómo pueden las organizaciones perfeccionar sus prácticas de mitigación de riesgos?
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